
1. NO LAVAR DIARIO
Cada que lavas tu melena, te deshaces de esa capa de aceites que tu cuero cabelludo produce naturalmente y que protege cada hebra de tu pelo de agentes externos. Por esto, se recomienda no lavarlo diario, en cambio, puedes probar un día sí y otro no o cada tres días, dependiendo de tus necesidades
2. SECAR CON DELICADEZA
También es importante que prestes atención a cómo secas tu pelo. Evita la fricción con la toalla, así como el exprimir tu cabello como si fuera trapo. Después de salir del baño, seca tu melena envolviéndola suavemente con una toalla de algodón o micro fibra y deja que ésta absorba toda el agua. También es recomendable que dejes secar al aire libre
3. UTILIZA MASCARILLAS Y TRATAMIENTOS ADICIONALES
No esperes que el shampoo y el acondicionador hagan milagros. Refuerza tu rutina aplicando al menos una vez a la semana una mascarilla o tratamiento capilar que le de a tu pelo ese boost de hidratación para los siguientes días
4. A LA HORA DE CEPILLAR Y PEINAR
Cepillar tu cabello mientras está húmedo o mojado puede maltratarlo y resecarlo aún más, debido a que se encuentra más frágil en ese estado. Es recomendable que cepilles y desenredes primero tus puntas, después la parte media de tu cabello y, al último, las raíces. De esta manera evitarás la caída y el maltrato de tu melena
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